Conoce el Cartel oficial de la 76ª edición del Festival de Cannes

 

Costa Azul, 1 de junio de 1968.

La actriz Catherine Deneuve se encuentra en la playa de Pampelonne, cerca de Saint-Tropez, para el rodaje de La Chamade, de Alain Cavalier, adaptación de la novela de Françoise Sagan. Interpreta a Lucile, que lleva una vida mundana y superficial, teñida de desenfado y gusto por el lujo. Su corazón late frenético, apresurado, apasionado. Como el corazón del cine que el Festival de Cannes celebra cada año: su pulso vivo y encarnado se oye por todas partes. El corazón del Séptimo Arte -de sus artistas, profesionales, aficionados, prensa- late como un tambor, al ritmo de la urgencia que impone su naturaleza eterna. 

La actriz de Peau d'Âne es una encarnación del cine, lejos de lo convencional o de lo apropiado. Sin concesiones y siempre en sintonía con sus convicciones, aunque eso signifique ir a contracorriente de los tiempos. Es la musa de Jacques Demy, Agnès Varda, Luis Buñuel, François Truffaut, Marco Ferreri, Manoel de Oliveira, André Téchiné, Emmanuelle Bercot o Arnaud Desplechin. Sus colaboraciones están en el panteón de inmensos cineastas de ayer y de hoy. Catherine es el vínculo entre todos ellos. Desde hace más de 60 años, la mayor estrella francesa nunca ha dejado de rodar, de reinventarse, de experimentar, de atreverse con trabajos contraintuitivos o primeras películas. Un icono que nunca se ha quedado quieto y que ha mantenido vivo su arte. Deneuve encarna a su manera la riqueza del cine que el Festival quiere defender: cine de autor pero también cine popular de calidad.

Cuatro años antes de 1968, Catherine Deneuve iluminó Los paraguas de Cherburgo, de Jacques Demy, Palma de Oro en 1964. Al año siguiente, Repulsión, de Roman Polanski, ganó el Oso de Plata en Berlín. Le siguieron Cuestión de resistencia, de Jean-Paul Rappeneau, Las jóvenes de Rochefort, de Jacques Demy, y Belle de jour, de Luis Buñuel. 

A partir de entonces, el suyo será un camino de gloria, tachonado de obras maestras y compromisos que conformarán el retrato de una estrella, así como el de una mujer de convicciones. Porque Catherine Deneuve también fue cofirmante del "Manifiesto de las 343" en 1971, que exigía la legalización del aborto, por un lado, y de un texto colectivo en 2018 en el que un centenar de mujeres rechazan "el puritanismo, la delación y cualquier forma de justicia expeditiva", por otro.

Catherine Deneuve también protagonizó Indochine, de Régis Wargnier, que sigue siendo, a día de hoy, la última ganadora francesa, en 1993, del Oscar a la mejor película internacional. En 1994, fue Vicepresidenta del Jurado presidido por Clint Eastwood que concedió la Palma de Oro a Pulp Fiction, de Quentin Tarantino. En 2000, Bailarina en la oscuridad, de Lars von Trier, fue la segunda Palma de Oro de su filmografía. En 2005 recibió una Palma de Oro Honorífica y en 2008, bajo la presidencia de Sean Penn, el Premio Especial de la 61ª edición del Festival por toda su carrera. En 2016, Catherine Deneuve recibió el Prix Lumière que dedicó "a los campesinos", sorprendiendo así a todos una vez más. 

Alegre, atrevida y romántica, una joven de larga melena rubia sonríe, confiada, a su futuro. Catherine Deneuve encarna una cierta forma de magia, pura, incandescente y a veces transgresora. Es esta magia indescriptible la que el 76º Festival Internacional de Cine transmite con este cartel intemporal. Para reiterar el glorioso presente del cine y vislumbrar su futuro lleno de promesas. Catherine Deneuve representa lo que el cine nunca debería dejar de ser: escurridizo, atrevido, irreverente. Algo evidente: una necesidad.


 

El cartel oficial de la 76ª edición del Festival de Cannes ha sido creado por Hartland Villa (Lionel Avignon, Stefan de Vivies) a partir de una foto de Jack Garofalo en el rodaje de La Chamade, película dirigida por Alain Cavalier y protagonizada por Catherine Deneuve, Michel Piccoli y Roger van Hool.


Créditos de las fotos: Jack Garofalo/París Match/Scoop


Créditos del cartel: Fotografía © Jack Garofalo/Paris Match/Scoop - Diseño gráfico © Hartland Villa